martes, 20 de marzo de 2012

Los intelectuales

El payador reniega del lenguaje oscuro de algunos pensadores actuales y rescata a los que se esfuerzan por darse a entender.


A Patricia Gorri, lectora contumaz


El inteletual menduco
es hombre (o mujer) muy cotizao
pero más por la familia,
porque multinacionales
y bodegas súper top
no buscan tipos letraos.

Y ansí entramos de llenito
a un tema viejo y común:
un intelectual de veras
en general es un seco.
Si usté ve uno bien forrao
es que afana en otro ruedo.

En Mendoza y Argentina
ser pensador es un poco
ser también afrancesado:
desde el siglo diecinueve
tragamos toda la letra
de los galos a rolete.

Y hoy se sigue la tendencia:
si no leíste a Fucó, a Derridá
al Delés o a don Burdié
estás jodido, mi hermano.
Con Agamben no zafás,
aunque el tano ta reloco,
ha desculao a los clásicos
a Jáideguer y otros más.

Ta bien, me vas a decir
que está la escuelita e Fránfur.
Y bueno, tenís razón,
pero con Adorno y Jábermas
igual estamos fregaos.

Entonces si no manyás
de estos nueve o diez autores
te miran como con pena
y si vos les preguntás
quién fue Víctor Hugo Cúneo,
Simón Rodríguez, Mariátegui,
quién Lugones o Tudela,
te junan como diciendo:
“¿de qué está hablando la agüela?”.

Es cierto que hay pensadores
que se ejuerzan por bajar
al llano lo que es difícil
y hay que estar agradecido.
Pero esta copla se ocupa
más que nada y sobre todo
del típico inteletual
que si no habla complicao
no se hace rispetar.

Ansí son esos muchachos
solapaos solaperos
que creen que porque leyeron
en franchute y en inglés
valen más que un buen obrero.

A mí, la verdá, me importa
un pito su biblioteca:
tantos libros sin leer
porque encima no los prestan,
solo sirven pa adornar
mejor el rancho careta.

Por eso yo no me junto
casi con inteletuale
que les gusta discursiar
de concetos más lejanos
que el mesmo cometa Jáley.
Me quedo con el gauchaje
que apriende de la experiencia,
come carne, come pan
y de cada encrucijada
te compone un buen refrán
y si lo que está diciendo
se pone muy complicao
te lo trata de esplicar.

Qué quiere que yo le diga:
hubiera llenao tribunas
una payada completa
de Buchrucker y Bragoni,
que durara un día entero.
Son los dos tan charlatanes,
que me parece que gana
el que no muere primero.

O bien un enfrentamiento
a pura idea y conceto
entre don Roig y don Dusel,
entre Gais y don Finoquio,
o Mario Franco y Folari,
pero en cambio me he quedao
retranquilo ya en mi rancho
ayudándole a mi china
a amasar las tortas fritas
y ansí poder disfrutar
unos güenos amarguitos
para dispués de almorzar.

Y ya llegando al final,
yo creo que el mal común
del intelectual actual
es que no se entiende un jopo
de qué habla cuando habla.
El tipo larga concetos,
categorías, oraciones,
y dichos más coplicaos
que entender lo que te dice
un gangoso amordazao.

Muchachos, aflojenlé
y bajen un cacho al llano
dejen de hacerse los lindos
con su lenguaje encriptao,
que acá bajo el pueblo espera
una idea más limpita,
un consejo utilizable,
un mensaje trasparente
y un conceto al menos claro.

Y si esto les parece
una falta de rispeto,
pues sigan llenando e palabras
su hermosa torre e marfil.
Yo me voy pal caserío
a ver si encuentro un güen gaucho
que le guste la cerveza
y conversar de la vida
las alegrías y las penas
sin tener que recurrir
al bendito dicionario
de la Real Academia.

J. L. 20 de marzo de 2012

2 comentarios:

  1. me encanta tu oficio de payador, juan!!

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  2. Se agradece el comentario,
    es un honor ese elogio,
    sobre todo para un hombre
    que no anda siempre e jolgorio.
    Siga, le pido leyendo, que hay copla para tirar
    por la ventana o al techo,
    porque este payador loco
    no para e imaginar...

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