viernes, 6 de abril de 2012

El yo lírico

El payador habla de su creador.

A los compañeros escritores.
En el trance de elegir
que mire el hombre p'adentro,
ande se hacen los encuentros
de pensares y sentires.
Después que tire ande tire,
con la concencia por centro.
(A. Yupanqui.
El payador perseguido).



Güenas tardes, mucho gusto,
cómo anda el letor coplero.
Yo, remal y priocupao
por el loco y trastornao
escritor que me ha criao.

Hoy voy a hablar del sujeto
que aburrío en su colchón
inventó a este payador
pa sacarse el picazón
que lo tiene a mal traer
dispués de una operación.

Quede claro de una vez:
él es hombre con familia…
se alimenta, se higieniza,
toma el micro y el cabello
se le está poniendo igual
quel color de la ceniza.

Yo, en cambio, soy de fición.
Tengo la maldita suerte,
o bendita, qué sé yo,
de que nunca via morir
porque, señora y señore,
vivo acá mesmo en la hoja
desde disierto reblanco
que es el guor, y es un espanto.

Pero tiene sus ventajas,
yo lo he de riconocer,
no tener más esistencia
que la que está en el papel
o en la memoria el lector
que lo supo ricorrer.

Lo digo con justa causa
de tanto ver a ese pobre
Juan Lope sufrir sin paro
por tantas estupideces
que aparecen en lo diario.

Yo suelo decirle al hombre:
“no se haga tanto problema,
que el mundo no va a cambiar
y menos aún y entuavía
si usté no se me serena”.

El tipo me mira raro,
como si yo en vez de un juerte
payador de verba brava
juera más bien un fantasma.
Ahí agarra la libreta
la Jéule Pacar o Mac
y retoma la copleada
y yo güelvo a respirar.

Tomo vida, es increíble,
con cada palabra sonsa
que mi criador con la bic
o el teclado refaloso
incorpora en la salina
llana del papel celoso
que siempre quiere que alguien
la atosigue con su gozo.

Como verán, es muy triste
ser apenas personaje
de la mente de un civil
que un día se morirá
y me dejará aquí solo
sin naides pa conversar.

Yo ya lo estraño al traumao
que mucho no ha de durar
y tal vez por eso mesmo
se le dio por desdoblar
su cabeza, su moral,
pa resistir el embate
de la vida, amenazada
por el tiempo que se va.

Anda tan acelerao
el pobre, que no conforme
conmigo, su payador,
se alucinó a otro poeta
y lo hizo nacer al norte
en el imperio el planeta.

Ese se llama Tom Sclar
y escribe puemas tranquilos:
dice que la humanidá
tiene de una vez por todas
y de forma inevitable
que cambiar y ser regüeña,
solidaria y generosa.

A veces nos encontramos
en la esquina de una hoja
y nos tomamo unos mates
con unas tortitas de hoja.
El gringo por áhi se ahoga
o el porongo se le tapa
yo le enseño que lo ortee
pa destaparlo con maña.

En el fondo le agradezco
al demente que me escribe
que haya dejao un amigo
que aunque no siempre aparece
y habla como traducío
espero de corazón
verlo un poco más seguío.

Además, ese pueta,
es cultor de los matices,
lo contrario que hago yo
que veo todo en blanco y negro
y me olvido de los grises.

Pero no todas son penas,
Amigos, no se me atristen,
por ahura tenemos piola:
yo y el tipo que me escribe.
seguimos por estos pagos,
defendiendo a los humildes,
castigando a los sotretas,
riéndonos de la disgracia
y soportando infelice.

Por último tiro algo
que me tiene atragantao:
me acusan de justiciero
pero están equivocaos…
La Justicia es otra cosa
donde circulan billetes
y yo confieso, por copla,
no recibo ni un centavo.

Lo mío es el verso libre
aunque se vea medido
y a veces hasta rimao,
que la libertá no está
en olvidarse e la métrica
y escribir como caballo
que del lazo se ha soltao,
sino más bien consinar
sobre el papel o soporte
informático o virtual
lo que uno piensa sin sogas
que le acorten la corrida
o le ahoguen el pensar.

Ansí que güeno, me voy,
disaparezco un momento,
que mi mentor, agotao,
se tomó un clonazepán
y en unos cuantos minutos
y por algunos momentos
su cuerpo descansará.



Abril de 2012


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