jueves, 31 de enero de 2013

Hablemos en castellano




El payador se queja de los que recurren al inglés sin necesidad.


El lenguaje es cosa seria:
sigún cómo usté se esprese
es lo que entiende del mundo.
Cada palabra moldea,
al mesmito pensamiento,
porque fíjese, letor,
que «pensamiento» no es más
ni menos que otra palabra.
Y las palabras «palabra»,
«lenguaje» y pues toditas
risultan que ellas también
nada más y nada menos
son palabras, y otra vez…
se muerde sola la cola
esta idea de que el mundo
está hecho más que nada
de palabras, y no es joda.

Igual la palabra «mundo»
y otras muy esageradas
que usamos todos los días
sin pensar que estamo hablando
y costruyendo la vida.

Pero no voy a meterme
a hacerme el Yac Derridá,
el Sosir o el Lacán,
y menos el mesmo Chonsqui…
(que primero hay que leerlos
y después ricién hablar).
Prefiero quedarme acá
en el campo popular
en la calle, en la vedera,
en el rancho y en la huella,
y criticar esos usos
tan feos que hace la gente,
es decir que hacemos todos,
y decimos en inglés
lo que queda más bonito
y comprensible en cristiano.

No digo que hablemos huarpe
porque, güeno, acá estamos,
usamos el castellano
lengua del conquistador…
Lo que digo es que por qué
a un negocio le tenemos
que poner el «minimaket»,
si tenemos un esato,
muy perfeto y muy bonito
vocablo que denomina
esa hermosa realidá
que se llama «mercadito».

O por qué usar el «drugstore»
si en esos lindos lugares
usté nunca va a encontrar
un drug y menos un store.

Y ansí continúa la lista
de muchas palabras gringas
que utilizamos sin más:
blíster, sticker, software, hardware,
por parecer importantes
y la verdad que el que habla
sin usar el castellano
es más bien un inorante.
Solo falta que los gauchos
o los friends llamen e inviten
tonigth a la barbecue
en la house de la grandmother.

Ya se sabe: este criollo
no se encierra en su lenguaje,
pero tampoco se anda
entregando todo el tiempo
al lenguaje de los gringos,
ni usando por todos lados
sus palabras y sus giros.

Disculpen la calentura
pero ya saben, amigos,
si van a abrir un negocio
pónganse nomás un «kiosco»,
una «casa de mascotas»,
o una «lavandería».
Dejen de decir palabras
que además de ser ajenas
no hay por qué carajo usarlas
sin que dé un poco de pena.

El hermoso castellano,
con su riqueza y valía,
nos puede dar casi todas
las palabras necesarias
que en el sur del cono sur
necesita nuestra vida.

Ahura me voy para el bathroom
porque tengo mal las tripas,
naides diga que este gaucho
no defiende del lenguaje
la pura soberanía.


Enero de 2013

lunes, 28 de enero de 2013

Como decíamos ayer...



El payador inaugura el 2013 retomando su moral taxativa.



Güenas y santas a todos.
Acá estoy como si nada
otra vez frente al teclao,
dispués de unas vacaciones
que me dejaron pelao.

Digo, entonces, y primero,
que estoy muy agradecío
de poder seguir a flote
en tiempos tan embromaos
que nos obligan a todos
a cuidar cada centavo.
Ya mantener un laburo
no parece más milagro
pero la pobreza sigue
matando a la raza humana:
por más que algunos flotemos
no debemos olvidar
a los que están bajo el agua.

Está clarito quel mundo
sigue siendo un gran naufragio,
los problemas son los mesmos
y los garcas están sanos.

En este contesto macro,
quiero aclarar que no compro
ningún modelo prestao,
que no amo a la Cristina
pero tampoco reniego
de lo güeno que ha aportao.

Cruzando la pampa húmeda
pude volver a oservar
que los dueños del país
parece que están intatos.
Yo quiero reforma agraria
y el fin de los alambraos,
si la tierra es de unos pocos
seguiremos en el barro.

Agarremos las tijeras,
alicates y tenazas
y empecemos a cortar
una a una las barreras
entre los seres humanos.

Cuál puede ser, me prigunto,
la felicidá del rico,
si está basada en el pobre
que lo mantiene limpito.
Me dirán soy maniqueo
y es verdá, pero estoy viejo
y en tema tan manoseao
los grises no dicen nada:
el mundo sigue partío
entre lo negro y lo blanco.

Y entonces y mientras tanto
yo sigo y sigo copleando
luchando desde estos versos
pa ver si algún sabandija
se contagia, se sulfura,
y lucha pa cambiar algo.

Ahura tengo que cortar:
ya me voy para el sicólogo,
que le tengo que contar
un sueño recontrabravo
que tuve anoche y que casi
me deja el gaznate hachao.

Cuidensé, estimaos letores,
en este año que comienza,
de caer en depresiones
o en euforias mentirosas.
Busquensé un güen equilibrio
(como decían los griegos)
o luchen por encontrarlo,
y no se tiren abajo
pero tampoco le pisen
la cabeza al que está al lao.

Hasta pronto y muchas gracias
por su atención especial,
que una copla sin letores
es carbonada sin sal.



28 de enero de 2013