lunes, 21 de octubre de 2013

Balance de la Feria del Libro de Mendoza



El payador critica la limitada presencia de escritores locales en la edición 2013.

Llegó el tiempo del balance
dispués de la feria el libro,
y el mío no será lindo,
lo aviso para que naides
se me haga el muy ofendío.

Toda mirada es parcial
aunque se quiera completa,
yo soy gaucho anacoreta
que escribe medio escondío
porque me perturba el ruido
de los circos de las letras.
 

Pude hablar con los libreros
y pese a los muchos días
que se quedaron dispiertos,
dicen que no se ha vendío
como lo esperaban ellos.

Por cierto, son impresiones:
a algunos les jue mejor
y a otros no les alcanzó,
naides nunca logrará
dejar a todos contentos.

También podemos pensar
que la queja es muy menduca,
muy humana y caprichosa,
digna de gente que tiene
siempre el lamento en la boca.
 

Lo que sí es una verdá
irrefutable y brillante
es que a los autogestivos,
editores, escritores,
cagatintas de estas tierras
no se les vieron las medias.

Y esto no es culpa, disculpe
el gobierno cultural,
de esos mesmos editores:
es usté, che, don Gobierno,
el que tiene que pelar,
acercarse, conversar,
escuchar si lo putean
(y vaya si lo putean)
y comerse las trompadas,
aguantarse los quilombos
y ponerse a güena altura
en vez de siempre achacar
a los otros los errores
o llorar por los rincones
porque lo güeno que hacen,
y que es su obligación,
les parece muy genial

Mucho circo y pocas nueces…
en síntesis, me parece
que con el mesmo dinero
o con un poquito más,
podrían haber incluido
al escritor de la zona,
que cada día se desloma
y no para que el Estao
lo ignore y lo haga a un lao.
 

Somos muchos, está claro,
los que escribimos acá,
no somos ni diez ni veinte,
ni cuarenta ni cincuenta,
por áhi le fallan los lentes
o no sabe calcular
el gobierno cultural.

Debieron haber cuidao
a cada escritor menduco
y no arreglar solamente
con un limitao grupo.

Pero, güeno, no hay manera
de que el burro no sea burro,
ansí que por más consejos
que uno intente regalar
lo volverán a ignorar
como a aquel pobre habitante
originario de acá
que de tanto no mirarlo
se volvió muy irreal.
 

Lo sabio de todo esto
es que los dolores son
motivo de riflesión,
inspirador cien por ciento
pal escritor verdadero,
que no se anda pavoneando
y mientras los pocos sonsos
que disfrutan el dinero
del Estao cultural
ponen cara e premios Nobel,
ellos siguen escribiendo.

Adiós, entonces, letores,
por ahurita me retiro,
voy a tomarme un respiro.
Estallan las estrelicias,
las gallinas cacarean,
los zorzales ya dispiertan,
pongo la pava y, alerta,
miro al cielo, miro al suelo
y también miro pa dentro.


Octubre de 2013

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