jueves, 28 de noviembre de 2013

A raíz de la muerte de un pobre rico


El payador moraliza a partir del fallecimiento de un acaudalado y excéntrico personaje mediático.


No hay riqueza que sea limpia
dice un antiguo refrán.
Detrás de cada millón
de patacones o pesos
se esconden miles de pobres
que pusieron el pescuezo,
la sangre, el tiempo, el ejuerzo
pa quel millonario brille
cual si juera natural
tener todo lo que tiene
sin sufrimiento de naides
y libre de todo mal.

Y comienzo por acá
pa referirme al mentao,
manoseao y desagradable
caso del gauchito Fort,
que se murió redepente,
como dicen periodistas,
de paro respiratorio.
Nada más bobo que eso,
pues todos cuando morimos
dejamos de respirar,
por lo cual es evidente
la costumbre periodística
por desgracia muy de moda
de hablar solo por hablar.

Ansina jue queste joven
a la juerza, domador
de pantallas y cholulos
y escándalos sin igual,
partió sin dejar ningún
chocolate sin probar.

La verdá que parecía
un muñeco el pobre hombre:
más de veinte operaciones
buscando imagen distinta,
tatuaje hasta en los nudillos,
tal vez porque nunca tuvo
pese a tanta millonada
un poco de güen cariño.

Porque no sé si lo saben
pero el tatuaje es la marca
que uno necesita hacerse
pa sentirse acompañao
o pa gritar desde uno
lo que falta o lo negao.
Hablo con autoridá
porque cuando el tata mío
partió para no volver
me hice un tatuaje en el pecho
y gracias a ese dibujo
mi viejo nunca está lejos.

Pero volvamos al Fort.
La pregunta es pa qué sirve
acumular tanta masa
si no viene con cariño,
tranquilidá y esperanza.
«Tristeza del niño rico»
escuchamos una vez,
y no es difícil pasar
de tristeza a estupidez:
«quién me quita lo operao»,
insiste el tipo otra vez.

No debe el hombre juzgar
livianamente el destino
del prójimo, mucho menos
si es trágico o es asurdo
si es ridículo o violento.
La vida tiene designios
que naides puede atrapar
aunque a veces esté claro
que cuando falta el afeto
y encima el dinero sobra
lo más seguro es que un día
se produzca la desgracia:
cuando la llaman seguido,
la Parca no se demora
y te lleva pa su casa.

Va mi pésame y lo digo
con toda sinceridá:
ha muerto un rico, señores,
pero solo de dinero.


Noviembre de 2013.




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